Había una vez un edificio en la ciudad de Barcelona, en la Plaça Pablo Neruda y calle Enamorados, en pleno Eixample, con una medianera muy fea.
Por aquel entonces era alcalde Pasqual Maragall y hacía una campaña llamada "Barcelona ponte guapa" que consistía en revisar y restaurar las fachadas de edificios y otros elementos arquitectónicos, con vistas a la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, escogiendo a este edificio como uno de los que había que restaurar.
Por aquel entonces era alcalde Pasqual Maragall y hacía una campaña llamada "Barcelona ponte guapa" que consistía en revisar y restaurar las fachadas de edificios y otros elementos arquitectónicos, con vistas a la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, escogiendo a este edificio como uno de los que había que restaurar.
Se encargó al grupo francés "Cité de la Crèation" un mural, con efecto trampantojo, que simulara un edificio, en cuyos distintos balcones recopilara a varios personajes relacionados con el arte, la política y la cultura catalana, todo ello bajo el nombre de "Balcons de Barcelona" y que fue inaugurado en 1992.
Años después, dos mujeres que van los jueves por la ciudad fotografiando cosas curiosas, dieron con este mural.
Y colorón, colorado, el cuento ya se ha acabado.
Ahora veamos esos balcones...
En el primer piso están Joan Miró, Carmen Amaya y Pablo Picasso.
Los músicos, José Anselmo Clavé y Pau Casals
El cantante cubano Antonio Machín, cuya primera actuación en España fue en Barcelona.
En el segundo piso y cada vez más difícil de fotografiar, dos arquitectos y un político-urbanista : Antoni Gaudí, Ildefonso Cerdà y Francisco de Paula Rius y Taulet.
En el tercer piso, junto a poetas y médicos notables, Narcís Monturiol, ingeniero e intelectual.
Cada vez más arriba, en el cuarto piso, la actriz barcelonesa Margarita Xirgu.
El zoom de la cámara ya casi no da más de sí para llegar al quinto piso, en donde se encuentra el pintor, escritor y dramaturgo Santiago Rusiñol.
En la terraza de la azotea se encuentran el atleta Joaquín Blume y Cristóbal Colón.
En la planta baja del edificio, nos encontramos con Raquel Meyer en el portal y, como no podía ser de otro modo, a la escritora Mercè Rodereda en la librería.
¡Que bonito! me encanta. Un besin querida amiga.
ResponderEliminarYo me alegro mucho que te guste, Lola.
ResponderEliminarMil besinos y buen finde :)
Que chulada de mural, de lejos da el pego totalmente, Barcelona es guapa se ponga lo que se ponga, por lo que nos enseñas los jueves en tus salidas. Me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo
:)
A mi me parece una idea genial pintar las medianeras con murales, hay varias en la ciudad y es que Barcelona es muy chula, jeje, que está mal que yo lo diga, pero lo es.
EliminarMe encantaría que vinieras y pudieras ver la ciudad por tí misma ¡y me llamas para que te acompañe y te de un par de besos!
¡Esto es una obra de arte colosal! No te quejes, que todas las fotos han salido muy bien
ResponderEliminarSeguro que cuando Maragall decidió poner guapa a Barcelona no imaginaba un resultado así.
Yo lo pienso muchas veces cuando paseo por Yecla, que con un pocas ideas urbanísticas se podría mejorar muchísimo el aspecto de una ciudad. No me refiero a hacer cosas tan maravillosas como esta, pero sí a suprimir todo aquello que afea con un toque de buen gusto.
Tendrías que proponer esas ideas en Yecla, seguro que se animaban todos y pintaban algunas medianeras o paredes que estén feas, aunque me parece que no tenéis nada feo por allí ;)
EliminarMuchos besos.